
Ya son tres los grandes conglomerados que han demandado a la startup de generación de imágenes mediante inteligencia artificial Midjourney por utilizar su contenido sin licencia.
Si en junio lo hicieron Disney y Universal, ahora lo ha hecho Warner Bros. Discovery (WBD) apelando igualmente a que esa compañía utiliza personajes bajo derechos para producir versiones alteradas bajo petición de sus usuarios.
Como evidencias adjunta en la demanda docenas de imágenes que comparan creaciones de Midjourney con fotogramas o ilustraciones de su catálogo. En ellas aparecen superhéroes de DC que han pasado del cómic a televisión y cine como Batman, Wonder Woman o Superman, o personajes de dibujos animados clásicos como Scooby-Doo o miembros de elenco de Looney Toones.
WBD considera que esas imágenes generadas a partir de contenido suyo sin licencia derivan en un lucro cesante indeterminado de artes gráficas oficiales como pósters. Y por ello exige que la startup de inteligencia artificial le restituya los beneficios que haya podido obtener a partir de sus personajes o bien 150.000 dólares por cada trabajo bajo derechos que haya sido infringido.
El conglomerado se une a Disney y Universal, que ya presentaron una acción legal conjunta en junio contra la startup de inteligencia artificial.
La clave de esta causa está en si la Justicia determinará o no que las compañías de inteligencia artificial pueden acogerse a la doctrina de uso justo para utilizar trabajo registrado para generar un derivado. Ese principio del derecho de autor en EEUU pretende equilibrar la protección de los creadores y tenedores de licencias con el interés público o la libertad de expresión, y su aplicación caso por caso se basa en cuatro factores esenciales.
Por un lado, se evalúa el propósito del uso, y si no es comercial es más probable que se admita; por otro las obras con mayor base en la creatividad tienen protección más férrea que las basadas en datos o noticias; además la cantidad usada de material bajo derechos influye en que se permita o no, si bien lo relevante en algunos casos es si recoge la esencia de la obra o no; y por último si el impacto es negativo en el mercado potencial del contenido es más probable que no se considere uso justo.
A esos factores se une que la propia industria audiovisual está abrazando discretamente el uso de inteligencia artificial para abaratar costes en la creación de contenidos. Y además gigantes tecnológicos que han ido incrementando su apuesta en ese sector como Amazon o Apple tienen a su vez intereses concretos en su aplicación, lo que anticipa nuevas diferencias con los conglomerados tradicionales.
Publicado originalmente en Dircomfidencial.com